Quizás, quizás no llegué a amarte, por tu hermosura,
que irradia su luz, hasta mi interior,
pero llegué a amarte por tu sensatez
y por la franqueza, con que hablas de amor.
Tal vez, tal vez no llegué a amarte, por tus bellos ojos,
que cual dos luceros, opacan el sol,
pero llegué a amarte por lo que descubro,
escondido dentro de tu corazón.
No llegué amarte por esa sonrisa,
que sutil deslizas y tienes por don,
pero llegué a amarte por tu fiel paciencia,
cuando apacientas mi duelo interior.
No llegué a amarte, por el primer beso,
que a todo mí cuerpo a ti esclavizó,
sí por los momentos compartidos juntos,
que acrecentaron, de a poco, este amor.
25/02/2016
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