Caen las agujas, casi, derrotadas,
las horas marcadas expresan dolor,
la ansiedad destila sus gotas más finas
y una puerta angosta, sella mi visión.
Silencio de osario, todo, lo invade,
sólo un llanto ahogado la noche quebró,
se entornan las fauces de tu cuerpo joven
y ofrece tu vientre, ahora, su interior.
Se entreabre la puerta, aquella que impide,
a mi visión ver, la otra verdad,
sale la enfermera que me felicita,
has logrado en la vida, poder ¡ser papá!
Vuelven las arterías, a templar su pulso,
ya no fluye en ellas, un caudal voraz
y cuando te veo, mis retinas quedan,
empapadas, tiesas, con la realidad.
A nacido el fruto, que tanto anhelamos,
que hace que la vida, debamos valorar,
ocupará espacios, que habíamos ganado,
pero ya no importa, porque… lo amas.
04/05/2016
www.sercan455.wordpress.com