Como borra el mar… las huellas en la arena,
así borró mis penas, el vivir junto a ti,
fuiste lavando una a una, las heridas causadas,
de viejas discusiones, reyertas sin dirimir.
Dejaste mi piel tersa, ¡volví a sentirme joven!
donde se puede ¡todo! y nada es desazón…
donde prima el amor de manera suprema,
ahogando las penas, la tirria y el temor.
Como invade el mar, las costas de la playa,
invadió así tu vida, mi mustia humanidad,
inundó uno a uno, los sin sabores varados,
soltando sus amarras, exigiéndoles zarpar.
Pero un día marchaste… buscando nuevos vientos,
no hubo desalientos, escenas, mezquindad….
y a pesar que deseaba retenerte conmigo,
sin sentir que había motivos, ¡te dejé marchar!,
no tenía reproches, ni me invadió la noche,
fuiste importante a mi vida… pero debías volar…
Hoy a la distancia, tu recuerdo está intacto
y a veces la nostalgia me trae desolación,
que fugaz se disipa, cuando llega a mis manos,
un manuscrito… ¡tuyo!, hablándome ¡de vos!
29/05/2017
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