Aprendizaje… (N°311)

Aprendí que los años que has vivido ¡ ya no vuelven!
que nada es para siempre, todo tiene algún final,
que la muerte no espera a que encuentres la manera,
de esquivarla una y mil veces ¡por eso! te va a buscar.
Aprendí que de los golpes se sale fortalecido,
que una crisis es buen motivo, sino nunca creceré,
que más vale un buen mantel a la hora de la cena
y no una tumba llena ¡de flores que no veré!
Aprendí que el amor cuando se cuida perdura,
que no es una locura el amar hasta morir
y que el vivir por vivir, se transforma en utopía,
ya que una muerte en vida sigue siendo ¡muerte al fin!.
Aprendí que la amistad colma y va llenando espacios,
pero se debe ir despacio al momento de afianzar,
que muchas veces callar es más sano y saludable
y una sonrisa amigable abre puertas sin llamar.
Aprendí que los abrazos hay que entregarlos en vida,
porque lagrimas mordidas nunca los habrán de suplir
y que todo lo que es bueno algo malo siempre tiene,
pero lo malo no viene ¡sin bueno por descubrir!.
Aprendí que los hijos alimentan dando vida,
los nietos dan alegrías que nunca habrás de olvidar,
que perdonar sana heridas, esas que hacen mucho daño
y que mi enemigo a diario soy yo mismo y mi pensar.
Aprendí que muchas veces las palabras traen muerte,
la mentira más pequeña puede traer desolación,
que ausencia no es olvido, si el corazón aún palpita,
no se ama al que te visita y ¡sí! a quien se conoció.
                                                             23/05/2018
http://www.sercan455.wordpress.com
Con el correr de los años vamos asimilando aprendizajes, algunos por experiencias ajenas, otros por experiencia propia, otros por causa-error.

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