Flores nocturnas… (N° 323)

De a poco la vida… me quitó alegrías,
despacito, lento, las hizo zozobrar,
transformó en grises, lo que había vivido,
llegando al ocaso ¡sin sentido ya!
Días de tristezas, que sembraron penas,
bruma que es ajena… pero ¡me invadió!,
descolló penumbras donde amor había,
apagó su luz ¡pronto!… oscureció.
Y marche sin rumbo, entre los espinos,
de inciertos caminos sin mirar atrás…
busque mi lugar entre frías sombras,
donde nadie mora y nunca lo hará.
Descubrí que hay flores que ¡visten! la noche
y que se desvisten ¡mientras el sol está!…
pero en las penumbras encuentras su aura,
esa que muy pocos, pueden…contemplar.
Que sanan heridas, sembrando empatía,
nadie las obliga a dar bien por mal,
sin embargo están dispuestas a todo
siendo éste otro modo ¡de a Dios! agradar.
MT 25, 35-45 06/07/2018
http://www.sercan455.wordpress.com
Cuando veo a esas personas que hacen todo por el prójimo, que entregan su esencia sin importarles lo suyo, cuando veo a gente grande, niños, abandonados a la suerte de Dios, en países en que la guerra, la hambruna, el resentimiento, la codicia, agitan permanentemente a los que allí habitan. Ver surgir esas flores de la noche que todas las mañanas recorren las calles auxiliándolos y por las noches curan sus heridas, suministran algo de comida repartiendo lo poco que tienen… me viene a la memoria, el recuerdo de la madre “Teresa de Calcuta” y toda la gran obra de su congregación.

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