¡A mi hijo!… (N° 368)

mati

Con un fuerte abrazo te entrego mi vida…
sin expectativas… sin nada esperar
tan solo encontrar al niño que un día,
se fue de mi casa para echar a andar.
Con un simple abrazo… pero tan sentido
el que día a día… ¡no te puedo dar!
he ido buscando entre los rincones
hallar a ese niño que no existe más…
Aunque hoy me conforme, con una llamada…
cuando veo tu cama, ¡en la que no estás!…
esparzo mis besos, en frías almohadas,
siempre esperanzada… que regresarás.
Con un fuerte abrazo… ¡tantos sentimientos!
ruedan por mi cuerpo buscando aplacar
buscando llenar, horas que vacías,
desde tu partida me saben a mar.
Te marchaste un día, lejos de mi lado,
eras casi un hombre… ¡querías volar!
atrapar los sueños que un joven abriga,
de esa profesión que elegiste amar…
Por eso hijo mío, cuando te visito…
con un fuerte abrazo, busco te entregar,
todos aquellos besos, caricias y mimos,
que la cruel distancia ¡trunca sin cesar!
                                                     20/11/2018
www.sercan455.wordpress.com
El encuentro de una madre con su hijo… un abrazo cargado de emociones, que sólo aquel que lo recibe sabe cuánto vale, cuánto transmite, cuántos sentimientos lleva aquerenciados. A mi hijo: que su profesión lo llevó a 800 km de distancia… hoy un abrazo de su madre… la próxima me toca a mí.

26 comentarios en “¡A mi hijo!… (N° 368)”

  1. Interesante escrito que refleja la triste realidad de la vida. Cuando ellos se hacen mayores por ley de vida siguen su camino sin importarles los valladares que puedan encontrar en el camino pues su ilusión por levantar el vuelo, es superior a los contratiempos.

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