¡Admiración!… (N° 383)

                                     ¡Mujer!…
¡cuántos suspiros arranca tu cuerpo semidesnudo!,
tus curvas cual pinceladas que un artista retrató
y pliegues que son testigos, de los años que has vivido
alentando aún el sentido, de seguir ¡amándolo!
En eternas trasnochadas, desposándolo en abrazos,
extasiado entre tus brazos, recorrer firme tu piel,
que sean las despedidas plenas de suaves suspiros,
tu cuerpo embriagado al mío hasta ver amanecer.
Que queden sobre la cama cual vestigios enredados,
trémulos de haber gozado las bondades del amor,
no habiendo más compasión, ni migajas, ni quimeras,
arremetamos la entrega ¡otra vez! con decisión.
                                     ¡Mujer!…
¡cuántos suspiros arranca tu cuerpo semidesnudo!
ese que sientes maduro, pero aún lleno de pasión ,
que atrayendo como miel varias miradas lascivas,
goza experiencia de vida  ¡para amar con emoción!
Pues sabe lo que le agrada, le atrapa, le apasiona,
lleva intactas sus hormonas del placer sin discreción,
lleva en su piel la expresión de lujuria desmedida,
siempre en la justa medida ¡que sea el amor! anfitrión.
Y se entrega sin tapujos ¡casi! descaradamente,
incluyendo el aliciente de frenesí sin temor,
pues se entrega por amor,por él desfallece y muere,
y culmina entre paredes ¡descollando! ¡ su esplendor!.
                                      ¡Mujer!…
¡Cuántos suspiros arranca! tu cuerpo ¡semidesnudo!…
                                                                             15/01/2019
http://www.sercan455.wordpress.com
Cuando veo a las mujeres quejarse por tener algunos kilos de más, algunos pliegues, algunas heridas de las batallas que les han tocado enfrentar (hijos, nietos, cuidado de seres queridos, enfermedades, edad, etc, etc ) a pesar que todo eso las perturba, sigo pensando que no hay nada más bello y excitante que observar el cuerpo de una mujer semidesnuda. Y por supuesto agradecer “dándole gracias a Dios”, por su más fantástica creación.

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