Con aroma de azahares,
de incontables verdes tapizado.
Imaginaria frontera entre el desaliño y el aseo.
De niño, inspirador de juegos.
Tardes de figuritas, bolitas
y tiro al blanco.
La tapadita, cara o seca
y el ante hoyo ¡gritado a viva voz!
Ahí fui desde corsario,
sobre un cajón de manzanas,
a goleador con pelota de trapo,
equilibrista en tapial lindero,
y hachero precoz.
En él reí, lloré, crecí,
y también aprendí.
Mi abuelo y mi padre
me enseñaron el Martin Fierro de la vida
(“debe trabajar el hombre”)…
a carpir la tierra,
romper los terrones con punteada finita,
pala de corazón y rastrillo.
A preparar los almácigos
vestidos de punta a punta,
con banderines de trapos
cual kermés,
para ahuyentar gorriones.
“Herramienta que ya no se usa,
se limpia y
vuelve a su lugar”
era la consigna.
En la adolescencia,
tardes de mates dulces,
y desvelos
confesados al oído
“¿Querés ser mí novia?”
Mi patio… tanto por contar,
tanto por recordar,
tanto más por olvidar.
Así de contradictorias
eran las noches de verano en que los mosquitos
nos obligaban al encierro.
26/07/2021
Mí patio, lugar donde en las distintas etapas de la vida vi cumplir mis sueños. Tarea taller literario
Cuanto encerraron aquellos patios,
Donde encontrar un poco de vida de aquel entonces mi amigo?.
Feliz fin de semana, Un abrazo,-Marina.•*¨🕊️
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La verdad querida amiga! ¿donde han quedado?. Hoy los niños juegan con el celu o los vídeos juegos. Se ha perdido mucho del compartir. Abrazos buen fin de semana
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