¿Será que nada verdaderamente nos atrae?
que buscamos la utopía
en aquello que nos apasiona
y cuando lo alcanzamos,
pierde valor e interés.
Que somos tan inconstantes
que lo que hoy colma y llena nuestras vidas,
con el correr del tiempo
deja de seducirnos.
O será que todo, verdaderamente todo,
nos es relativo…
El amor, los proyectos, los sueños.
O que vivimos en un mundo
tan cambiante,
que nuestra forma de vivir,
de relacionarnos también cambio.
Ya no existen, los valores, la palabra,
el respeto, la tolerancia, la paciencia,
ni el por favor, o el gracias.
No existen las bocinas de las fábricas
anunciando el fin de la jornada laboral,
que servía también de horario
a varias casas del pueblo.
Ni la horda de bicicletas que tras ella
invadía las calles como enjambre.
Dejaron de existir, las sillas y los sillones
en las aceras al llegar la tarde
en temporada estival.
Las tertulias de vecinos, de vereda a vereda.
Los niños corriendo detrás de una pelota,
jugando a las bolitas o a las escondidas
bajo la luz del farol de las bocacalles.
¿En qué momento?
las llamativas luciérnagas
que atrapábamos en frascos,
las estrellas fugaces que cruzaban los cielos,
fueron cambiadas por los carteles con luces de neón,
o dicroicas de las vidrieras.
Hoy existen la televisión, las redes sociales…
y la gran indiferencia a todo…
¡porque todo, pero todo!…
se tornó descartable.
10/12/2021
Con el correr de los años, aquellos que ya llevamos gastado más de lo que nos resta, es imposible no ponerse a pensar la gran diferencia de lo que fue nuestra infancia, lo que nos tocó vivir y como se vive hoy día. Pasamos de reparar todo, tanto en lo material, lo afectivo, emocional y espiritual, a reciclar casi todo y ahora en estos tiempos a descartar absolutamente todo.
Añorar el pasado en esta época tan complicada de vivirla, nos causa cierta desazón sobre todo cómo bien lo dices, a los que cruzamos el umbral de los años que nos llevan a la vejez. Se hace más patente la perdida de los valores que para uno eran impensable que se pudieran perder. Un poema con los versos justos para describir una realidad que nos golpea la cara duramente, todos los días. Un gran abrazo,
Manuel Angel
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Así es Manuel, yo no digo que todo lo pasado haya sido mejor, considero que en estos tiempos también hay cosas buenas que antes no las teníamos o no existían. Lo que más me sorprende es como todo se ha tornado descartable. Y como también se aspira a las grandes cosas, que cuando niños nos divertíamos con las pequeñas. Gracias por comentar. Abrazos
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Por nada. Buenas tardes para ti.
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Bonito escrito y real realidad. Antiguamente remendábamos hasta los calcetines. Saludos
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Sí, Sí tal cuál!! ja, ja Abrazos
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Los tiempos cambian y pese al reto tan grande aún podemos inculcar en los niños el amor a las cosas mágicas.
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Sí, todo cambia. Está en nosotros mantener vivas aquellas cosas, costumbres, valores, que nos hicieron bien y transmitirlas a pesar de a veces no ser escuchados como quisiéramos. Abrazos
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En este tiempo que estamos pasando nos hace mella el sentimiento de la nostalgia. Bellos poemas que me hacen recordar cuando jugábamos en la calle al escondite o a la comba, mientras merendábamos pan y chocolate o un bocadillo. Qué diferente todo hoy. Gracias por compartir. Un abrazo!!!
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Sí querida amiga la nostalgia aflora. A mí me vino a la mente lo de las luciérnagas o bichitios de luz que le decimos por aquí. que los atrapábamos con un frasco con tapa. Y hoy ya prácticamente no se ven. Considero que es que es debido a las fumigaciones para la siembra. Abrazos
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