Carroñeros (N° 661)

¡No pierdas el rumbo!

aunque el sol te cegué.

Y la impotencia

revele tus miedos.

Y abunden desprecios

que te atormenten.

Y queme la nieve

brotes incipientes.

Y sean las noches,

martirios perennes.

Aunque todo arrecie

aún yendo lento

y no halles salida,

todo sea desierto.

Y mueran proyectos

de vida y mil sueños…

¡no pierdas el rumbo!

Aunque la saliva

no fluya en silencio,

la garganta explote

y falte el aliento,

y sangren heridas

cuál rio en océano

y las cicatrices,

no sanen por dentro,

y seas aprendiz

de aprendiz incierto,

que perdió el viaje

que era de regreso…

pues no halló el boleto.

¡no pierdas el rumbo!

Aunque ya la lluvia

no riegue tu huerto,

y muera de sed

lo que abrigas dentro

y la sinrazón

inunde tus tiempos

y abunden mentiras,

y reine el descrédito

y la soledad

sea el socio eterno…

¡No pierdas el rumbo!

¡mantente despierto!

¡nos estas encallado!

necesitas tiempo,

necesitas fluir

cuál magma frenético

y quemar aquello

que sabe a destierro,

para reencontrarte

con tu yo interno

el que sabe cuanto

¡vales tu por cierto!

y no con los buitres,

que te quieren muerto

09/02/2023

www.sercan455.wordpress.com

Vivimos un mundo muy agitado, lleno de envidia, egos, corrupción y desinterés por el otro. En más de una oportunidad quienes se nos acercan para ayudarnos, no buscan nuestro bien sino el de ellos.

8 comentarios en “Carroñeros (N° 661)”

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