La espera… (N° 280)

La rojiza tarde, apuntala las horas,
el sol se desploma, tenue, en el sojal,
canta la chicharra, su lánguida eufonía,
vuelve el campesino exhausto a su hogar.
Trae la alegría del trajín cumplido…
la esperanza duerme sobre el pegujal,
días de desvelo buscan con anhelo,
cubrir de su hogar…. ¡la necesidad!.
Sueña sueños nuevos, recorre senderos,
escatima al tiempo horas por ganar,
miles de proyectos con su compañera,
que yerbeado en mano… lo sabe aguardar.
Es larga la espera y el tiempo, ¡apremia!,
pronto el retoño habrá de arribar,
traerá consigo… dolores de parto,
que se han de olvidar al tenerlo ya.
Será la cosecha, quien plasme los sueños,
devuelva el aliento, la que traiga paz,
la que pague todo el esfuerzo humano,
si no la arrebata, ¡algún temporal!.
Alza su mirada… rogándole al cielo,
que pueda en su mesa que esperando ¡está!
exhibir los frutos del trabajo humano,
pidiéndole al clima ¡que tenga piedad!…
14/01/2018
http://www.sercan455.wordpress.com
Las labores de campo, siempre fueron consideradas como un trabajo rudo. Si encima le sumamos que todo el esfuerzo humano, sueños, proyectos, futuro, dependen pura única y exclusivamente del factor climático, no me queda ni más ni menos que ver a dichas personas como seres con mucha fe y esperanza.

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